Una Lágrima con sabor a miel

"El Amor es una única y hermosa escultura del más delicado cristal,
que esculpen los amantes en la vida día a día, tallada con cada palabra,
cincelada con cada acción, modelada con miradas sutiles,
con gestos sugestivos, con el roce de la piel,
con frases tiernas aprendidas e inventadas,
a veces hasta ridículas a los oidos de los demás, con acciones atrevidas,
osadas, muchas veces hasta peligrosas, otras veces tontas
y  sin sentido para otros.

Preciosa obra de arte forjada con sueños, anhelos e ilusiones,
salpicada con los errores y las virtudes de los escultores.

Cada día al menos un ser enamorado le rinde tributo ,
ofreciendo lo que tiene y lo que aspira tener,
lo terrenal y fuera de este planeta,
las flores, el mar, la luna, las estrellas...

Cuando esa delicada pieza se quiebra no tiene otra igual,
muchos se atreven a reunir los pedazos que  quedan
regados en cada rincón de la cotidianidad
sabiendo que  en cada una de esas piezas partidas
esta un momento vivido,
una sonrisa complaciente, un beso apasionado,
un abrazo incomparable,
un suspiro profundo,
una lagrima con sabor a miel...
y valientemente se dedican a reconstruirlo, a pegar pieza por pieza
en su sitio o el más parecido, untándole sacrificio, risas fingidas,
miradas esquivas y pensamientos punzantes
queriendo atenuar el amargo sabor de la dispersión del sentir,
pero jamás quedará igual, quizá quede atractiva a los ojos de terceros,
pero sin la esencia primera…
otras veces recogen  algunas piezas  y las guardan en el baúl de los sentimientos,
hasta que deja de doler…
ya que Dios en su sabiduría inventó el tiempo que su travesía
por la vida mitiga hasta las penas más profundas de amor…

Y vendrán, sabores y sin sabores,
pero nunca se olvidará ese exquisito y deseado sabor de
una lagrima dulce,
una lagrima con sabor a miel.”

Daniel Navarro