Seis decadas

He vivido 60 años, gracias a Dios, es tiempo suficiente para reflexionar y aprender, hoy reconozco el ayer implacable e imagino el futuro muy frágil y débil.
El tiempo siempre ha sido sabio, conciliador, fiel y honesto y lo seguirá siendo, el te ayuda a conocer, a descubrir, aprender, a leer cada página escrita en nuestra vida; pero escrita con tinta indeleble que jamás podrás borrar.
Lo vivido es lo vivido e imposible de cambiar u olvidar.

Comienza una nueva década en mi vida que quizás sea la última; o la última que viviré intensamente con pequeñas dolencias propias de los años acumulados, siempre pidiéndole a mi Dios; que no pasen de pequeñas a grandes.
 

Quiero vivir y morir con dignidad mis últimos años.

Dios siempre tiene un propósito para nuestras vidas, sólo que lo vamos descubriendo día a día, nunca antes ni después, sino en su justo momento.

Tener 60 años es permitirme hacer lo que quiera, sin estar pendiente del “qué dirán”.  

Llegué a los 60, un privilegio que me regaló Dios. No todos los que nacimos en 1959 lo hemos logrado. Además llegó con enseñanzas de vida, amor, cariño, pasión, tristezas, alegrías, logros, fracasos, éxitos, tener 60 años es burlarse de todas las dietas, tener 60 años es no pedir permiso para encender la luz a media noche y agarrar la computadora, el teléfono o un lápiz y escribir un pensamiento, una frase, un poema, una carta sin destinatario… 

Solo pido a Dios,  no aparte su mirada de mi.

Dios gracias por escucharme..

El inexorable paso del tiempo me obliga a despedirme de mis hijos, de mi familia y de los amigos que fueron y son parte importante de mi vida, llegaron y muchos tuvieron que marcharse. Y esos afectos que aún comparten mi vida, espero me acompañen por muchos años más y que esa parada del bus donde debo bajar, aún éste muy lejos.
Daniel Navarro
01/01/2020